El reflujo esofágico es un trastorno que se manifiesta habitualmente en forma de ardores de estómago cuyo carácter es frecuente y recurrente.

Puede presentarse de forma espontánea, sin necesidad de haber ingerido alimentos, aunque los síntomas suelen manifestarse de forma aguda tras las comidas, especialmente si estas contienen ingredientes ácidos, picantes o amargos.

Los síntomas también pueden agravarse cuando el afectado se tumba o efectúa flexiones.

El reflujo se produce a causa de una disfunción en el esfínter esofágico inferior (EEI). El EEI es un conjunto de fibras musculares que aíslan el esófago del estómago.

Cuando esas fibras musculares no consiguen cerrar del todo la conexión entre el estómago y el esófago, los ácidos y alimentos que se están digiriendo pueden ascender hasta el esófago.

Las endoscopias pueden ser de gran utilidad para su correcto diagnóstico y algunos casos pueden precisar de cirugía, realizada mediante laparoscopias o endoscopias de tercer espacio.

 

Síntomas del reflujo gastroesofágico

Estos son los síntomas que se presentan con mayor frecuencia:

  • Ardores de estómago y esófago
  • Afonía y/o carraspeo frecuente
  • Dificultades respiratorias similares a las producidas por el asma

Los síntomas pueden presentarse de forma aislada o conjunta. Aunque los ardores son el síntoma más frecuente, en algunos casos el reflujo gastroesofágico únicamente se manifiesta con síntomas respiratorios.

 

Complicaciones de tener reflujo gastroesofágico

Los síntomas son muy molestos y se deben a la exposición de las mucosas esofágicas a los ácidos procedentes del estómago. Pero las molestias producidas no son el único inconveniente que padece el paciente.

Y es que la exposición repetida a estos ácidos puede provocar las siguientes complicaciones añadidas:

  • Inflamación crónica de las mucosas del esófago (esofagitis).
  • Lesiones, ulceraciones y sangrados esofágicos.
  • Cicatrizaciones irregulares que reducen el diámetro del esófago y dificultan la ingestión de los alimentos.
  • Esófago de Barret: afección caracterizada por cambios en las características de los tejidos de la mucosa esofágica y que aumenta el riesgo de que se desarrolle un cáncer esofágico.

Cómo se diagnostica un reflujo gastroesofágico

El diagnóstico de reflujo gastroesofágico puede realizarse clínicamente, siempre que los síntomas sean muy claros e inequívocos. No obstante, en la mayoría de las ocasiones es necesario realizar diversas pruebas y exploraciones, a fin de:

  • Averiguar si existen complicaciones provocadas por el reflujo esofágico.
  • Realizar diagnósticos diferenciales con otros trastornos cuyos síntomas son similares pero que tienen distintos pronósticos y tratamientos.

Estos son los métodos diagnósticos que el estomatólogo puede utilizar para conocer si se encuentra realmente ante un caso de reflujo gastroesofágico o si los síntomas obedecen a otras causas:

  • Radiografías con contraste
  • Mediciones del pH esofágico
  • Manometrías de esófago
  • Gastroscopias
  • Esofagoscopias transnasales
  • Endoscopias

 

Cómo se trata un reflujo gastroesofágico

El reflujo esofágico es un trastorno de carácter crónico que no debe confundirse con los ardores de estómago ocasionales, provocados por comidas excesivamente contundentes o por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

Dependiendo de la gravedad del caso, el tratamiento puede consistir en la adopción de una serie de medidas para controlar los síntomas, la administración de medicamentos o incluso cirugía:

Tratamiento sintomático

Los síntomas de los casos leves se evitan adoptando una o varias de las siguientes medidas:

  • Evitar los alimentos muy grasos y las frituras.
  • No ingerir sustancias ácidas, irritantes, picantes o especiadas.
  • Limitar el consumo de alcohol, especialmente el de alta graduación.
  • Evitar el chocolate y el café.
  • No fumar.
  • En los pacientes obesos, es muy aconsejable la pérdida de peso.

Además, los siguientes hábitos son más que recomendables:

  • No usar almohadas y utilizar camas articuladas que permitan que los pies del durmiente se sitúen a una altura inferior a la de su cabeza (también puede elevarse la cabecera de una cama convencional utilizando tacos).
  • No acostarse hasta que no hayan transcurrido al menos dos horas desde la cena.

Tratamiento medicamentoso

Cuando las anteriores medidas no son suficientes para controlar los síntomas del reflujo, entonces pueden complementarse con tratamientos farmacológicos.

Los medicamentos administrados dependen de la sintomatología, de la frecuencia con que se presentan los síntomas y de la gravedad de los mismos.

Muchos casos se solucionan con la prescripción de simples fármacos antiácidos, que se ingieren antes o después de las comidas.

En otras ocasiones es preciso utilizar medicamentos que inhiben o bloquean la producción orgánica de ácidos en el estómago.

Y en los casos en los que el reflujo esofágico incluye la regurgitación de alimentos durante la digestión, se usan medicamentos que estimulan la motilidad del esófago.

Tratamiento quirúrgico

Desafortunadamente, no todos los casos de reflujo pueden ser efectivamente controlados con las medidas dietéticas, posturales y medicamentosas señaladas anteriormente.

Cuando esto ocurre, la solución a los trastornos de reflujo esofágico pasa por la cirugía.

La cirugía se realiza mediante procedimientos poco invasivos, concretamente:

  • Por laparoscopia
  • Por endoscopia avanzada

En este sentido, nos permitimos añadir que en nuestros centros de endoscopias avanzadas en España podemos ayudarte a diagnosticar, confirmar un diagnóstico previo o tratar de forma efectiva tu posible trastorno de reflujo gastroesofágico.