¿Cómo preparar una dieta saludable?
La coincidencia médica en que una dieta saludable y equilibrada es un factor de primer orden en la prevención de enfermedades es absoluta. Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente la dieta de una vida saludable? Veámoslo.
Consejos para tener una vida saludable
Existen tantas posibles dietas saludables como estrellas hay en el firmamento. Por lo tanto, no vamos a relacionar un listado de posibles menús sanos, sino que fijaremos las pautas a observar para conseguir que nuestra alimentación sea la correcta y añadimos otros consejos que también nos pueden ayudar.
Alimentos frescos y naturales como base
El punto de partida es basar la alimentación en materias primas que sean naturales y frescas, tanto si las consumimos en crudo como si las utilizamos para realizar preparaciones culinarias.
Estas materias primas también pueden ser congeladas, siempre que se observen estrictamente los procedimientos para una correcta congelación y descongelación. Si se hace así, sus propiedades nutritivas se conservan intactas.
Es imprescindible huir de los productos ultraprocesados, cargados de grasas saturadas que mejoran la textura y el sabor de los platos, pero empeoran la calidad nutricional de los mismos. Además, incorporan una enorme cantidad de aditivos y conservantes de origen artificial.
Dieta equilibrada y variada
Pero no es suficiente con que utilicemos productos sanos, frescos y naturales, sino que hemos de vigilar el equilibrio nutricional de la dieta. Solo de esa forma podemos preservar nuestra salud y, a medio y largo plazo, evitar enfermedades digestivas.
Por poner un ejemplo, una dieta exclusivamente basada en el consumo de frutas y verduras, libre de alimentos ultraprocesados, puede parecer saludable a primera vista.
Pero si en ella no incluimos productos que contengan grasas buenas (monoinsaturadas y poliinsaturadas) y proteínas, no será equilibrada: será una dieta con exceso de carbohidratos y deficitaria en nutrientes lipídicos y proteicos.
Es decir, tendremos una dieta poco equilibrada, aunque elaborada con alimentos muy sanos. Para incluir en la dieta las proporciones adecuadas de nutrientes, sigamos las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud):
- Hidratos de carbono: entre el 55 % y el 60 %. Los encontramos especialmente en los cereales, el pan, las legumbres y las frutas.
- Grasas saludables: entre el 25 % y el 30 %. Pescados azules, frutos secos y aceites de oliva, girasol y maíz.
- Proteínas: aproximadamente un 15 %. En carnes magras, pescado y soja.
La fibra, las vitaminas y los minerales son imprescindibles: vegetales y frutas son los alimentos en los que se encuentran en abundancia.
Además, ha de limitarse la ingesta de sal y azúcares refinados. Es altamente recomendable beber en torno a dos litros de agua diaria, repartidos a lo largo de la jornada.
Cuida el aporte calórico de lo que comes
Respecto al aporte calórico, este no debe superar nuestro gasto energético diario. Para un hombre de edad mediana y hábitos sedentarios, las necesidades calóricas diarias se sitúan en torno a las 2200 calorías. Una mujer de edad y hábitos de vida similares precisa unas 1800 calorías por día.
Sin embargo, un joven de 20 años que trabaje como repartidor de mercancías precisará un aporte calórico que, como mínimo, duplicará al requerido por una mujer jubilada de 65 años de edad.
Entonces, ¿cómo conocer exactamente cuántas calorías necesitamos al día para no engordar? Una buena idea es utilizar los servicios de un nutricionista titulado. Este establecerá con precisión nuestras necesidades calóricas, en función del sexo, la edad, los hábitos de vida y nuestro estado de salud.
Otros consejos para tener una vida más sana
En adición a la dieta sana y equilibrada, podemos contribuir a preservar nuestra salud física e intelectual siguiendo estas pautas:
- Practicar ejercicio físico ligero todos los días (basta con caminar a buen paso o hacer algo de bicicleta).
- Ejercitar el intelecto (lectura, crucigramas, pasatiempos, etc.).
- Dormir las horas necesarias y mantener unos horarios de descanso regulares.
- Controlar semanalmente nuestra tensión arterial.
- Realizar un chequeo médico una vez al año.
Prevenir enfermedades
Pero a partir de los 50 años aumenta gradualmente la propensión a sufrir trastornos y enfermedades, independientemente de que nuestros hábitos de vida y alimentación sean absolutamente saludables.
El envejecimiento nos pasa una factura inevitable y una forma de prevenir enfermedades o detectarlas en su estadio inicial, cuando son más fácilmente tratables, es la realización de endoscopias avanzadas en centros especializados, como Endos Advanced.
Este tipo de endoscopias son especialmente útiles para detectar trastornos incipientes del aparato digestivo y otras enfermedades. No olvidemos que nuestro sistema inmunológico está estrechamente relacionado con el tracto gastrointestinal.
Y no solo eso, sino que las endoscopias avanzadas son un modo poco invasivo de realizar efectivos tratamientos contra esos trastornos, incluso en aquellos que revisten cierta gravedad, como puede ser el cáncer de colon.
La prevención también es salud, así que si eres de los que piensan que es preferible prevenir que luego curar, solicita una cita en Endos Advanced, y estaremos encantados de ser el complemento ideal a la dieta de una vida saludable.